Los meses más fríos del año subrayan la importancia vital de contar con una caldera eficiente para mantener el confort en nuestros hogares. Estos dispositivos desempeñan un papel fundamental al calentar el agua que luego se distribuye por toda la vivienda, ya sea a través de radiadores, suelo radiante o sistemas de aire acondicionado. Además de brindar calor, las calderas son una opción altamente eficiente y efectiva para asegurar un ambiente cálido y acogedor.
Sin embargo, con la amplia gama de opciones disponibles en el mercado, elegir la caldera adecuada puede resultar abrumador. Es por eso que es crucial considerar varios aspectos al tomar esta decisión.
¿Cómo elegir el tipo de caldera adecuada?
Uno de los principales factores a tener en cuenta al elegir una caldera es el tipo de combustible que utilizará, lo cual puede variar según la ubicación geográfica de la vivienda, la disponibilidad de recursos y las preferencias del usuario.
Por combustible
Gas: puede ser tanto natural como de propano. Son muy populares en muchas zonas, ya que tienen una alta eficiencia y facilidad de uso.
Aceite: las calderas que funcionan con aceite combustible son una opción frecuente en áreas donde el acceso al gas natural es limitado, como zonas rurales.
Pellets: utilizando pellets de madera como fuente de combustible renovable, estas calderas son una opción ecológica y sostenible.
Electricidad: si bien son fáciles de instalar, las calderas eléctricas pueden ser menos eficientes y costosas de operar en comparación con otras opciones.
Condensación: son las dominantes en la actualidad. Utilizan el calor latente de los gases de escape, haciéndolas más eficientes que una caldera habitual. Pueden llegar a tener un rendimiento superior al 100%.
Biomasa: a diferencia de las de pellets, utilizan otro tipo de materiales orgánicos como madera, astillas o cáscara de nuez. Otra de las opciones más ecológicas y sostenibles.
Gasóleo: a menudo conocidas como calderas diésel, utilizan combustible líquido. Tienen un uso más industrial y comercial.
Por modo de funcionamiento
De agua caliente instantánea: calientan el agua a medida que se utiliza, sin almacenarla. Muy comunes en calefacciones de agua caliente sanitaria.
De alta eficiencia: diseñadas para maximizar la eficiencia energética y reducir emisiones de gases invernaderos.
De baja presión: para aplicaciones que no necesitan altas presiones, como sistemas de calefacción residencial.
Por tipo de salida de humo
No estancas o atmosféricas: este tipo de caldera toma el aire necesario del ambiente circulante. Están en desuso debido a que fueron prohibidas en el año 2010. Si hablamos de seguridad y rendimiento, han sido ampliamente superadas por modelos con nuevas tecnologías.
Estancas: a diferencia de las mencionadas en el punto anterior, estos modelos son herméticos. Toman el aire del exterior y expulsan los gases de combustión a través de conductos separados..
Estancas sin condensación: Menos eficientes que las calderas de condensación, están restringidas a viviendas unifamiliares aisladas y bloques de pisos con salidas de humo en el tejado.
De bajo NOx: una opción más ecológica al cumplir con las regulaciones en zonas con una baja calidad de aire. Su único inconveniente es la necesidad de instalarlas en las fachadas de edificios.
Por ubicación de instalación
De pie o suelo: poco comunes en viviendas por sus dimensiones, se suelen utilizar en grandes superficies industriales, por ejemplo.
De pared o murales: más compactas que las anteriores, tradicionalmente usadas en pisos y apartamentos.
¿Cómo saber qué tipo de caldera tengo en mi casa?
Para poder identificar el tipo de caldera que tenemos en nuestro hogar la manera más sencilla suele ser buscar la etiqueta o placa identificativa de esta. Se suele encontrar en un lateral, en la parte posterior o interior y nos indica datos básicos como marca, modelo, combustible utilizado y número de serie.
Otra etiqueta útil es la de eficiencia energética, la cual además de la información anterior, nos puede mostrar si es estanca o de condensación.
Por último, se puede echar un vistazo a la salida de humos. Dependiendo del material utilizado, nos indicará si se trata de una caldera de condensación o estanca. Las primeras tienden a ser de material de PVC con un desagüe o codo y las segundas son más estrechas y directas al exterior de la vivienda.
En resumen, elegir la caldera adecuada es fundamental para garantizar tanto el confort como la eficiencia energética en tu hogar. En Jicasa, contamos con una amplia gama de opciones para la instalación de calderas, respaldadas por un equipo de expertos dispuestos a asesorarte en cada paso del proceso.